La comisión por descubierto es una de las más agresivas y desvergonzadas. Consiste en el cobro de una cuantía fija (20 euros, 30, 40…) cada vez que una cuenta bancaria se queda en números rojos. Esta práctica resulta contraria a Ley, por lo que debe ser reclamada a perpetuidad cada vez que nos la apliquen.
Y es que, a pesar de la opinión del Banco de España, quien sí reconoce su “legitimidad”, las distintas sentencias establecen –de forma clara y meridiana—la ilegalidad de dicha comisión, en tanto que, como ya hemos señalado en infinidad de ocasiones, el cobro de comisiones ha de obedecer, siempre, a la prestación de un servicio efectivamente realizado al cliente.
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¿Cómo actúan los bancos?
Los bancos aplican la comisión por descubierto de forma cuasi mecánica, probablemente porque saben que casi ningún cliente la reclama (según algunas fuentes, sólo reclama 1 de cada 10 afectados).
Dicho eso, también hay que señalar que, una vez ésta se reclama formalmente, la entidad normalmente restituye su importe con relativa celeridad.
Los intereses de demora
A menudo se confunde la comisión por descubierto con los intereses de demora. Estos últimos sí son legales, pero deben cumplir con los siguientes requisitos:
- Dicho interés NUNCA podrá superar en dos veces y media el interés legal del dinero. Ejemplo: actualmente (año 2019) el interés legal está fijado en el 3%; por consiguiente, el interés de demora máximo que legalmente podrían aplicarnos no puede superar, en ningún caso, el 7,5%.
- Deben cobrarse únicamente sobre la cuantía en descubierto, sin tener en cuenta ningún otro elemento adicional.
Precauciones
Aunque una cuenta bancaria no se quede en números rojos, si ésta se queda con saldo cero y no hay ingresos recurrentes en la misma, tarde o temprano pasará a tener saldo negativo, fundamentalmente debido a las diferentes comisiones por mantenimiento que los bancos –con la excepción de ING– aplican.
Una vez que esto sucede, la cuenta pasará a estar con saldo negativo, momento en el que empezarán a contabilizarse los correspondientes intereses de demora anteriormente mencionados.
En consecuencia, tanto para evitar el pago de comisiones como de intereses, conviene cancelar la cuenta definitivamente (a menos que tengamos pensado reutilizarla en un futuro no muy lejano).